Republicanos ven con desconfianza pedido de Obama para abordar crisis inmigración
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Por Jeff Mason y David Lawder
WASHINGTON, 9 jul (Reuters) - Los republicanos del Congreso estaban escépticos el miércoles ante el pedido de la Casa Blanca de 3.700 millones de dólares para abordar la llegada de niños inmigrantes a la frontera, mientras el presidente Barack Obama acudirá a Texas a discutir el tema con uno de sus críticos, el gobernador Rick Perry.
Obama enfrenta una creciente presión política de partidarios y opositores por igual para detener el desarrollo de una crisis humanitaria en la frontera entre el estado de Texas y México.
Su solicitud de fondos de emergencia hecha el martes fue la medida más agresiva tomada hasta el momento por su Gobierno para abordar la crisis de menores procedentes de Centroamérica que cruzan la frontera ilegalmente, y al mismo tiempo para acelerar el proceso de sus deportaciones.
Los fondos, sin embargo, deberán ser aprobados por el Senado -controlado por demócratas- y la Cámara de Representantes -dominada por los republicanos.
Los republicanos, que han presionado a la Casa Blanca para que tome medidas enérgicas ante la crisis, recibieron la propuesta con cautela.
"La Cámara no va a aprobar directamente lo que el Gobierno desea hacer", dijo el representante Mario Diaz-Balart, miembro del panel de crisis fronteriza establecido por el presidente de la Cámara baja, John Boehner.
El representante republicano Mick Mulvaney criticó el pedido de financiamiento y sugirió que se deberían solicitar fondos de ayuda al exterior para pagar por la propuesta de la Casa Blanca.
"Creo que es una payasada. Creo que el presidente ha creado este plan para hacerlo ver como si la única razón por la que no está reforzando la frontera es porque no tiene dinero. Y eso no es preciso", sostuvo Mulvaney.
"Si lo aprobamos -y no estoy diciendo que apoyaría el proyecto- el primer paso sería encontrar una forma de financiarlo. Quizás tomemos ayuda del exterior de países que están ayudando a contribuir con esta dificultad", indicó.
La Casa Blanca sostiene que los antecedentes de Obama en la protección de la frontera son robustos, y muchos de sus partidarios demócratas dicen que el presidente ha sido demasiado estricto sobre la deportación de inmigrantes indocumentados que ya se habían integrado a la sociedad estadounidense.
La crisis de los niños indocumentados ha hecho que el debate sobre la reforma al sistema de inmigración de Estados Unidos se torne aún más divisivo.
Si no se toman medidas, el Gobierno proyecta que más de 150.000 menores de 18 años, sin compañía, podrían estar huyendo de la extrema pobreza, de bandas criminales y de la violencia vinculada al narcotráfico en Honduras, El Salvador y Guatemala.
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó el miércoles a los presidentes de los tres países para discutir el tema.
Más de 52.000 menores de estos tres países han sido detenidos desde octubre mientras intentaban cruzar ilegalmente la frontera, el doble de la cifra registrada en el mismo periodo del año anterior.
Obama viajó a Texas el miércoles para reunirse con el gobernador Perry, un férreo crítico de la Casa Blanca y posible aspirante republicano a la presidencia en el 2016.
El gobernador de Texas recibió a Obama en el aeropuerto de Dallas y viajó con él en helicóptero a una reunión con funcionarios locales y líderes religiosos para discutir la crisis en la frontera.
El presidente realizará una declaración sobre la crisis humanitaria desde Texas a las 2245 GMT. (Escrito por David Lawder. Editado en español por Marion Giraldo y Juana Casas)