Pocos uruguayos se anotan en registro para cultivar marihuana
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MONTEVIDEO, 27 ago (Reuters) - Desalentados por tener que revelar su identidad, pocos uruguayos se anotaron el miércoles en el nuevo registro oficial de autocultivadores de cannabis que habilitó el país sudamericano para regular su producción y comercio, un experimento sin antecedentes para combatir el narcotráfico.
Pese a que la nómina será confidencial, apenas 10 uruguayos se animaron a tramitar el certificado que los avala a tener hasta seis plantas en su hogar para consumo con fines recreativos, según cifras oficiales relevadas hasta el mediodía.
Sin embargo, unas 30 personas se habrían anotado en la capital, Montevideo, y poco más de 10 en el resto del país de 3,2 millones de habitantes, de acuerdo con un sondeo telefónico realizado por Reuters en las sucursales estatales del correo uruguayo, que recepcionará todas las inscripciones.
En el país sudamericano unas 150.000 personas son consumidores estables de marihuana, según cifras oficiales.
"Integrar la nómina va desalentar un poco, sí. De hecho, lo está haciendo", dijo tras inscribirse Gustavo Manfredi, integrante de la Red de Consumidores y Cultivadores de Cannabis. "El registro no está siendo todo lo veloz que uno se hubiera imaginado", agregó.
Para Manfredi, hoy de 44 años y que milita por la causa desde sus 16, oficializar el cultivo es una garantía, aunque la mayoría de la gente pueda considerarlo una exposición innecesaria.
"Ahora tengo un papel que si van a entrar a mi casa a allanar, por lo menos no me van a romper el cultivo. Por lo menos los voy a frenar", consideró. "Si rompen algo ya es una responsabilidad del Estado ante mí, que estoy en regla", sostuvo.
Para Renzo Dodera, un empleado público que se registró en Fray Bentos, unos 300 kilómetros al oeste de la capital, a la gente le preocupa los riesgos y por eso evade la nómina.
"(Molesta) la posible violación de la privacidad de la persona, la imposibilidad en cuanto a conseguir trabajo", dijo. "Parece que el registro puede ser una forma de delatarlos ante un sistema que todavía sigue discriminando a quien consume cannabis", agregó.
Uruguay se convirtió en diciembre en el primer país en legislar sobre toda la cadena, desde la producción hasta el consumo, al aprobar una ley que le otorga al Estado la potestad de regular desde la plantación hasta la venta en farmacias a un precio de un dólar por gramo.
La nueva normativa, una iniciativa del presidente y ex guerrillero José Mujica, también permitirá -además de la producción doméstica- la conformación de clubes de cultivo de hasta 45 miembros y un máximo de 99 plantas.
"No creo que exista ninguna adicción que sea buena. La marihuana, no comulgo que sea una cosa buena, tampoco el tabaco, tampoco el alcohol, pero son cosas que existen", dijo Mujica el miércoles al Canal 10 de Uruguay.
"Ante la realidad, mejor que esconderla, tratar de conducirla y tratar de agarrar a tiempo los efectos más nocivos que tiene", agregó en referencia a esta experiencia que él cataloga como "experimento".
UN SIMPLE TRÁMITE
A Manfredi le llevó 12 minutos realizar la inscripción en la sucursal de la terminal de ómnibus de Montevideo, ubicada en una concurrida zona de la ciudad. Era el único en la fila y el primero en inscribirse en esa dependencia en todo el día.
"Me llamó la atención que me preguntaran qué medidas de seguridad voy a usar: cámara de seguridad y alarma", dijo tras presentar en el mostrador su documento de identidad, fotocopia y una factura que dejara constancia de su domicilio.
La funcionaria tomó sus datos personales e inició el registro digital, donde precisó la variedad de las plantas -Sativa- que Manfredi cultivará en un galpón junto a su vivienda.
"Estoy bastante feliz. La primera vez que fumé llegué a mi casa y le dije a mi madre que iba a militar por la legalización y hoy, por lo menos, tengo un papel que dice que es legal", sonrió con su flamante registro en mano.
Para Dodera, de 49 años, la inscripción también fue emblemática, considerando que el año pasado intervinieron su vivienda ante la denuncia de un vecino. (Reporte de Malena Castaldi. Reporte adicional de Irene Schreiber)