ANÁLISIS-Aecio Neves: la desventaja de ser un candidato del sistema en un Brasil que quiere cambios
ELECCIONES-BRASIL-NEVES (ANALISIS):ANÁLISIS-Aecio Neves: la desventaja de ser un candidato del sistema en un Brasil que quiere cambios
Por Caroline Stauffer y Brian Winter
BELO HORIZONTE/SAO PAULO, 16 sep (Reuters) - Aecio Neves tiene encanto, es atractivo y es nieto de uno de los políticos más queridos de Brasil. Además, sus amigos dicen que lleva toda la vida preparándose para ser presidente.
"Aecio creció en una cuna política", dijo uno de sus asesores más veteranos, Danilo de Castro.
Sin embargo, paradójicamente, esto explica por qué va tan rezagado en la carrera presidencial.
Neves, de 54 años, marcha en un distante tercer lugar en los últimos sondeos para las elecciones de octubre, mientras los votantes cansados del Gobierno de Dilma Rousseff dan su apoyo a la candidata que representa de manera más obvia un cambio y una ruptura con el sistema político tradicional, la ambientalista Marina Silva.
Los problemas de Neves reflejan los males que afectan actualmente día a Brasil. Tras un boom económico que sacó a millones de personas de la pobreza durante la década pasada, la economía ahora se encuentra en recesión.
Los votantes están cada vez más frustrados por el bajo crecimiento, la alta inflación, la corrupción y la clase política en general.
En la mayoría de las elecciones anteriores, Neves se habría beneficiado de su historial como senador cercano al mercado y ex gobernador del estado de Minas Gerais, el segundo más poblado de Brasil. Dejó el cargo en 2010 con una aprobación cercana al 90 por ciento y tiene el respaldo de muchos inversores y grupos empresariales.
Sin embargo, su pertenencia al sistema se ha convertido en un lastre, especialmente entre el electorado joven, educado y de clase media con cuyo apoyo contaba y que se ha decantado por Silva.
Asesores y seguidores destacan que la campaña antes de la elección del 5 de octubre se ha vuelto extremadamente volátil y que Neves y su centrista Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB) se están posicionando para el asalto final.
"No creo que sea necesario cambiar lo que estamos haciendo", dijo a Reuters el lunes Aloysio Nunes, compañero de fórmula de Neves. "Ya se han visto muchos cambios en estas elecciones. Veremos cómo reacciona el electorado".
Neves tiene mucho camino por recorrer. Las últimas encuestas le dan un apoyo del 15 por ciento para la primera vuelta, contra el 36 de Rousseff y el 33 de Silva. Si no protagoniza una remontada épica, sus rivales disputarán una reñida segunda vuelta el 26 de octubre para dirimir el nombre de la próxima presidenta.
EL EFECTO SILVA
Hasta hace un mes, Neves se mantenía segundo en los sondeos, pero el 13 de agosto murió en un accidente de avioneta Eduardo Campos, que iba tercero, provocando un vuelco en la carrera electoral.
Su compañera de fórmula, Silva, lo sustituyó, convirtiéndose en la sensación de la campaña. Su biografía -nació en el seno de en una familia pobre de recolectores de caucho- y su historial contra la corrupción y la deforestación conquistó a los votantes que se oponen a Rousseff.
Neves sabe que no puede competir con Silva en un intercambio dialéctico ni en asuntos de moral, así que está haciendo énfasis en su labor como gobernador, un ejemplo concreto de cómo dirigiría Brasil.
"Hay una candidata que está prometiendo grandes cosas sin decir cómo las hará", dijo Neves en un reciente acto en Minas Gerais. "Nuestra candidatura es la candidatura de la responsabilidad (...) de un viaje seguro".
Por desgracia para Neves, ni siquiera ha podido destacarse respecto a sus rivales cuando ha cortejado a los inversores, ya que Silva también prometió austeridad y crecimiento económico, pero sin los aspectos negativos que muchos votantes asocian con el PSDB, que gobernó por última vez entre 1995 y 2003.
En ese periodo se produjeron importantes reformas pro mercado, aunque muchos recuerdan más el alto desempleo y las impopulares privatizaciones de compañías estatales.
Ante lo parecido de sus propuestas, los ciudadanos han preferido prestar más atención a la biografía de Neves.
Entró en política con 21 años trabajando junto a su popular abuelo Tancredo Neves, que murió antes de asumir como presidente en 1985.
Su larga soltería -no se casó hasta 2013-, agrandó la sensación de que fue un niño privilegiado, un problema en un país en el que más de la mitad de los hogares vive con menos de 1.000 dólares mensuales.
Sus aliados dicen que esta reputación es injusta y que es probable que ahora muestre su lado más combativo para recortar la ventaja.
Sin embargo, muchos piensan que la relativa educación con que Neves trata a Silva en debates y discursos busca preparar al PSDB para apoyarla en una hipotética segunda vuelta ante Rousseff, construyendo una marca que puede serle muy beneficiosa dentro de cuatro años. (Editado en español por Carlos Serrano)